Escribir para publicar.
Este fue unos de los cursos más deliciosos que he tomado. Escribir ha sido uno de los regalos más maravillosos que me he permitido dar y recibir. De mí para mí, en todos los sentidos.
Sinceramente, debo admitir que escribo desde que tengo 11 años, tenía un mini diario que mis papás me habían regalado, donde escribía como me sentía y lo relevante e irrelevante del día. Y mis escritos comenzaban así "Querido diario"... quien diría que después de tanto años, aprendizajes y procesos personales, escribir me salvo la vida, me transformó y me vio renacer repetidas veces.
Hoy puedo leer mis journals de 3 años atrás y leer a una Friné gentil, risueña y soñadora, a la que hoy abrazo y le digo:
"Gracias, gracias por escribir y plasmar tus sueños en papel, con tanta ilusión, confianza y esperanza, porqué hoy es una realidad".
Y eso ha sido lo más poderoso que he logrado, confiando en mí y depositando todo lo que soy en un cúmulo de hojas, con pasta dura y título brillante.
De ahí a dar el gran salto. el paso más grande de compartir tantas historias, cuestionamientos, vivencias, procesos creativos al mundo entero, es un proceso que sacude y que desde luego me saca de mi zona de confort, me sacude y me reta. Pero un día alguien me dijo que es mejor compartir lo que hemos aprendido, porque así movemos al mundo entero. Y aquí estoy con hartas ganas de que el mundo me lea, pero con más ganas de seguir escribiendo mi historia desde un espacio más genuino, mio y potente, como yo.